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No soy el unico loco:

martes, 11 de octubre de 2011

LA PROMOCIÓN DE LA ENFERMEDAD

Cementerio de Redacciones
1 de Octubre de 2009

Este trabajo está destinado a entender al fumador cómo una consecuencia de la promoción del tabaco. Intenta poner en el rol de culpable al marketing mal utilizado o, mejor dicho, utilizado por “las fuerzas del mal”; lo que en este trabajo se llamará como “promoción de la enfermedad”.

“La adicción al tabaco es una enfermedad transmisible: se transmite a través de la publicidad, los deportes, el marketing y el patrocinio. Las prohibiciones de anuncios publicitarios del tabaco protegen a las personas, especialmente a los jóvenes. Atraídos en grandes cantidades por el brillo y la magia del marketing del tabaco, que vende un producto mortal como sinónimo de libertad y moda, entre 80.000 y 99.000 niños y adolescentes en el mundo consumen tabaco diariamente”.
Organización Mundial de la Salud (1)

Siendo la publicidad, los deportes, el marketing y el patrocinio herramientas claves para vender cualquier producto las tabacaleras dedican gran parte de sus fondos a estos fines. Esto queda evidenciado por el estudio realizado por los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de Atlanta donde indica que en el año 2003 las tabacaleras invirtieron 15,2 billones de dólares en estas herramientas (2). Tremenda inversión sólo advierte una cosa, LA PROMOCIÓN (ya sea para la enfermedad o para la salud) NO PUEDE PASAR INADVERTIDA.
Cada año millones de fumadores mueren y esto hace que las industrias tabacaleras dediquen especial atención a la captura de nuevos consumidores. Diversos estudios realizados revelan que la mayoría de los fumadores comienzan con el hábito antes de los 18 años, por lo cual estas empresas ponen en juego toda su artillería (directa o indirectamente) ante este grupo etario (3), aunque sólo refiera dirigirla a los ya consumidores y adultos.
“Las víctimas principales del inconsciente colectivo son los individuos con tendencia a la depresión y baja autoestima, así como los colectivos con una personalidad aún sin formar, es decir, los jóvenes y los niños” (4). Lo interesante es creer que a pesar de todo esto uno todavía cree que está eligiendo por sí mismo cuando decide fumar. Estas industrias juegan con las necesidades de ser y de pertenecer de los jóvenes y la combinan con su valor agregado, el consumo de tabaco. No nos debería sorprender la cantidad de fumadores que hoy en día existen si las tabacaleras dedican tantos fondos y esmero a las herramientas por las cuales se transmite esta enfermedad. La relación entre lo que hoy por hoy es la promoción de la salud comparado con lo que es la promoción para la enfermedad debería concientizar al gobierno y al sistema de salud en cuanto a la forma de contrarrestar todo el “circo” publicitario tabacalero y la forma en la que utiliza sus fondos destinados a la “salud”.
De acuerdo con el pensamiento de Ernst Ditcher “…el objetivo de la publicidad es fabricar mentes”. Y en perspectiva con los patrones seguidos en los últimos años, ¿Qué tipo de mentes cree usted que están construyendo? Mentes de consumo, mentes enfermas, mentes que no tienen la capacidad de crear sus propios pensamientos y que, ayudado por otros problemas como la deserción escolar, fallas en el sistema educativo, pobreza, marginación y demás; no gozan del más preciado don que en última instancia lo pueden salvar de cualquier campaña marketinera acosadora… el juicio crítico.
Teniendo cómo medio el marketing, las tabacaleras y demás empresas enemigas de la salud se encargan de ir imponiendo sus productos y sus estilos de vida desde la más temprana infancia. La pregunta que surge después de haber investigado no es ¿Por qué hay tantos jóvenes que “elijen” fumar hoy en día? Sino ¿Por qué hay jóvenes que todavía no lo han “elegido”?
Si estas empresas ponen todas o por lo menos la gran mayoría de las opciones de consumo de nuestro entorno, ¿cómo esperamos entonces que la gente no los elija?
Cómo puede ser que se permitan propagandas, anuncios, auspicios, e incluso el mismo ingreso al mercado de productos que son VENENOS para la salud de cada persona en forma individual y colectiva. A su vez, no se puede dejar de resaltar la habilidad con la cual las tabacaleras venden esos venenos; y para ejemplificar un poco más esto se pondrá una analogía.

Suponiendo que en el mundo hay únicamente 2 materias primas llamadas: SALUD Y ENFERMEDAD, obviamente los cigarrillos estarían hechos de ENFERMEDAD. Ahora bien, ¿Cómo hace usted para vender el peor producto, con las peores referencias e incluso con restricciones en su consumo a la sociedad mundial? Viéndolo desde esta perspectiva se dará cuenta que lo que está haciendo el marketing tabacalero es verdaderamente un milagro. Algo totalmente inverosímil que nos toca vivir día a día en una sociedad de muchos contrastes y donde ni siquiera una pequeña minoría tiene la capacidad de elegir por sí misma. Siguiendo con esta perspectiva se podría decir que si hago un producto con la materia prima SALUD, mi producto será el mejor, el de mejores referencias, el que tenga mayor aprobación, el que realmente haga sentir bien y contribuya a su bienestar. Con semejante presentación ¿Quién se resistiría?

Es totalmente increíble cómo la oferta masiva y multinacional se ha aliado a la enfermedad y no así a la salud. Es totalmente increíble cómo todavía no se trabaja a nivel masivo e internacional con las mismas herramientas con las que trabaja la competencia.


Marketing tabacalero

Según las propias tabacaleras el marketing que realizan está destinado a simplemente fomentar la lealtad por una marca o para seducir a los actuales fumadores a cambiar de marca. Esto ha sido refutado por organismos de investigación que confirman que la publicidad y las actividades de promoción del tabaco incrementan la iniciación en el consumo de tabaco.
Hay pruebas fehacientes de que la prohibición total de la publicidad, la promoción y el patrocinio del tabaco conllevan a una disminución importante del consumo de cigarrillos y otros productos de tabaco. Se realizaron investigación, entre los años 1970 y 1992 en 22 países, que determinaron que las prohibiciones totales pueden reducir el consumo en 6,3%. Un estudio en el cual participaron 30 países en vías de desarrollo realizado entre 1990 y 2005 demostró que las prohibiciones totales lograron una reducción del 23,5% del consumo por persona. (5)
El producto siguió siendo igual… ¿Qué cambió para que se produjese la disminución del consumo? Aquí queda demostrado, una vez más, la importancia del marketing como una herramienta primaria del sistema de salud.

Opinión personal

No se puede menospreciar la importancia del marketing sobre nuestras vidas cotidianas. Tengo la imagen de una mesa redonda en la cual se sientan personas mundialmente poderosas y deciden que comeremos y beberemos hoy, cuales serán nuestros vicios y diversiones. Lo peor de todo es que en esa mesa redonda no hay ningún representante mundial de la salud y por ende sólo se comercia y vende (masivamente) algo que no es precisamente salud.

¿Cómo cambiarían los estilos de vida del mundo si el marketing estuviese utilizado del “lado del bien”?

BIBLIOGRAFIA
1. http://www.who.int/inf-pr-2000/en/pr2000-64.html
2. http://www.cdc.gov
3. Cheryl Perry, "The Tobacco Industry and Underage Youth Smoking: Tobacco Industry Documents From the Minnesota Litigation," Archives of Pediatric and Adolescent Medicine, 1999;153:935-941.
4. Angueira Marta, Blanco Adriana, Pitarque Raúl, “Estrategias comunicacionales de la industria tabacalera en el Río de la Plata: jóvenes en riesgo”, 2006; 26.
5. http://www.tobaccofreecenter.org/files/pdfs/es/APS_industry_arguments_es.pdf

jueves, 29 de septiembre de 2011

REDIRECCIÓN DE EXIGENCIAS

(Artículo publicado en la revista estudiantil "VOS Y VOTO, Sólo para estudiantes" de la Escuela Superior de Ciencias de la Salud dependiente de la UNICEN)

No exijas lo que no estás dispuesto a dar de ti mismo.

¿Cuántas veces nos hemos enterado al llegar a la facultad que no teníamos clase ese día? Por no mencionar a los que tuvieron que viajar para asistir a la misma. ¿Cuántas veces hemos estado esperando al profesor hasta resignarnos a firmar la hoja e irnos?
Tal es la situación en ciertos casos que damos por sentado que no vamos a tener clase determinados días.
¿Cuántas veces hemos tenido que esperar semanas y semanas por notas de exámenes sin tener respuestas de los profesores a cargo?
¿Cuántas veces nos han perdido los exámenes?
¿Cuántas veces hemos tenido que aguantar comentarios ofensivos?

A veces me pongo a pensar qué pasaría si las reglas que los profesores pretenden nosotros cumplamos se aplicasen a ellos también…

Si nosotros no vamos a una clase o llegamos tarde nos ponen falta o media falta. Estas se acumulan y después nos pesa en la regularidad.
Y que ni se le vaya a ocurrir a un familiar tener un accidente el día del plenario porque con una sola falta se te arruina el promedio y después no te dan los números.
Si llegamos tarde o nos ausentamos por una razón válida tenemos que presentar certificado lo antes posible de lo contrario perdemos el derecho a que nos justifiquen. Ahora bien si el docente falta o llega tarde hay que decirle a la secretaria que lo llame a ver si va a venir o nos tenemos que ir.

Parece mentira pero hoy en día, en la era de las comunicaciones, hay que utilizar el GPS para localizar a ciertos profesores o bien incursionar en la adivinación para ver si tenemos o no clases.
Creo que alguien mínimamente educado si va a llegar tarde o va a faltar tiene que avisar a las personas que se verán afectadas lo antes posible; o al menos disculparse. De lo contrario estaría faltándoles el respeto.

¿Es mucho pedir un llamado reportando algún percance?

¿Qué pasaría si diésemos vuelta los roles? ¿Qué pasaría si nosotros empezáramos a evaluar a los profesores teniendo en cuenta sus conocimientos, actitudes y pedagogía?
Me parece que así como tantas veces hemos tenido que escucharlos hablar de los grandes defectos del estudiante de hoy tendríamos que darles un sermón a ellos.

Obviamente que no pretendo destruir al cuerpo docente pero si hacer una crítica real sobre la realidad que siempre vemos pero también callamos. Por otro lado, nadie dice que todos los profesores son iguales pero lamentablemente el acatamiento a la ética así lo dispone.

El proceso enseñanza-aprendizaje que nuestra facultad propone es un juego de ida y vuelta donde tanto el alumno como el profesor aprenden mutuamente.
El profesor por ser profesor no tiene derecho de faltarnos el respeto ni tampoco es más ser humano que nosotros.

Siempre he creído que el que exige debe estar a la altura de lo que exige de lo contrario la figura dominante pierde credibilidad, autoridad e incluso prestigio.

Creo que como alumnos tenemos que hacer respetar nuestros derechos así como también debemos respetar el de los profesores. Y hacer de esto un lenguaje recíproco en el cual todos salgamos beneficiados.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

TODOS DICEN

Pocos son los que hacen, no así los que critican.

Siempre tratamos de evaluar lo que pasa alrededor y con el tiempo adquirimos herramientas para ganar objetividad y realismo. Es evidente que en la realidad diaria esto último no pasa tan frecuentemente y es así como se terminan escuchando críticas cada vez más infantiles, descontextualizadas y propias de la ignorancia.
Me parece que lo que hace interesante a una crítica es el fundamente que la sostiene y el detonante concreto que la motivó. Lo que le da realidad es el hecho de ponerse en el lugar del otro y tratar de pensar una mejor forma de proceder. Así, la crítica constructiva inevitablemente se acompaña de sugerencias e incluso ayudas.
Por mi parte, yo no me atrevería a evaluar despectivamente algo en lo cual no estoy interiorizado.

Por otro lado creo que a la hora de hacer algo es bueno tener en cuenta que difícilmente se dejará a todos contentos. La opinión pública se caracteriza por la diversidad y siempre habrá gente a favor como gente en contra.
Así que llego a la conclusión que ante el imposible de la conformidad pública tengo que aspirar a mi propio contento… que en mi caso no es nada fácil.
Más vale contento yo que todo el resto, porque en realidad el resto nunca lo estará. Me parece que si busco la aprobación de todos lo mejor será no hacer nada.

Entonces: a críticas infantiles, fuera de lugar y basadas en la ignorancia oídos sordos.

sábado, 17 de septiembre de 2011

MUERTO VS. DEGOLLADO

(Artículo publicado en la revista estudiantil "VOS Y VOTO, Sólo para estudiantes" de la Escuela Superior de Ciencias de la Salud dependiente de la UNICEN)

Que no esté probado científicamente no significa que no sea cierto.


La implementación de nuevos ejes temáticos al currículo facultativo trajo a las clases muchos temas que abrieron el debate. El famoso “mal de ojo”, el “empacho”, las curaciones milagrosas y demás cuestiones folklóricas fueron centro de discusión.
Desde ya que por un mínimo de orgullo médico tendemos a desacreditar esas prácticas que lejos están de la garantía científica. ¡Pobre aquella gente que no sigue a la ciencia y se deja sacar plata por los curanderos mentirosos! Y ni hablar de las épocas que estudiamos en Historia donde la gente era tan ingenua que solo creía y obedecía lo que la Iglesia decía Dios mandaba por miedo al castigo.
Parece mentira pero hoy en día hay personas que todavía creen en milagros, van a curanderos e incluso a “médicos” que les clavan agujas en el cuerpo. Evidentemente la gente está loca ¡Gracias a la Ciencia estamos de su lado!

A veces me pregunto hasta cuándo es prudente esperar a que la ciencia verifique prácticas comunes y nos deje participar de ellas. Tal vez sería bueno que la ciencia se acerque a la comunidad y se adapte a sus prácticas de modo tal que las verifique y utilice en favor público. Ahora bien, si tal es nuestra devoción por lo científico, ¿Por qué nosotros mismos no nos proponemos comprobarlas? Tal vez más de uno nos llevaríamos alguna sorpresa.
¿Qué pasaría si algún día la ciencia prueba que sí son procedimientos válidos? ¿Tenemos que esperar hasta ese entonces para recibir algún posible beneficio? ¿Qué se perdería o comprometería si alguna vez las probáramos sin el previo consentimiento científico? ¿Seríamos menos médicos? ¿Perderíamos profesionalismo?
En Historia siempre nos reímos de cómo las generaciones pasadas obedecían lo que la Iglesia Católica decía Dios exigía sin pedir explicaciones ni fundamentos lógicos. A veces me pregunto cuánto más racionales estamos siendo nosotros. Incluso llego a la conclusión de que en cierto punto terminamos personificando las mismas características que nos causan tanta gracia.
Si la Iglesia Católica afirmaba que la Biblia decía tal o cual cosa nadie lo ponía en duda y el que osaba con hacerlo era un hereje y candidato a la hoguera. Hoy en día si no tiene el sello de “está científicamente comprobado” es considerado una mentira que le saca plata a la gente y el que recurre a ellas es un pobre crédulo e iluso. Los católicos en esa época era fanáticos ciegos por lo que la Iglesia decía y nosotros somos fanáticos ciegos por lo que la ciencia prueba o deja de probar.
Si la ciencia lo dice es palabra santa y tal vez ni nos preocupamos por conocer y entender los fundamentos que la sostienen. Es como que creemos por fe en la ciencia y eso nos alcanza. Pero claro, pobres idiotas los cristianos que creen por fe en algo que no ven ni se puede probar y pobres inocentes las personas que creen en las medicinas alternativas (por no decir truchas).

En mi opinión, si no sabemos el mecanismo por el cual un determinado artefacto funciona y lo usamos, ponemos en práctica nuestra fe en todo el sistema de venta y creemos que nos funcionará a nosotros también. Podría decir entonces que cuando me compro un celular nuevo confío en la empresa más allá de que no tenga idea de las razones científicas que hacen posible dicho aparato.
No me atrevería a levantar juicios de valores con respecto a si los curanderos son personas interesadas en sacarle plata a la gente ya que la propia comunidad médica lejos está de caracterizarse por lo contrario. Por otro lado, ¿Hay algún trabajo exento de gente mal intencionada?
Sería bueno tener en cuenta que el común de la gente confía ciegamente en cualquier forma de medicina alternativa así como también lo hace en el “está científicamente comprobado” ya que los mismos médicos nunca tenemos el tiempo suficiente para explicarle el fundamento apropiadamente. Entonces creo que no deberíamos mofarnos de la fe de la gente ya que es a la cual apelamos en nuestra práctica médica diaria.

Obvio que el fin de la nota no es el de destruir la credibilidad de la ciencia pero si me gustaría sacarla del podio incuestionable en el cual diariamente la ponemos.
Tal vez en unos años cuando miremos al pasado digamos: -¡Éramos unos ignorantes! Usábamos celulares todo el día y no nos dábamos cuenta de que nos quemaba el cerebro. Tal vez en ese entonces seamos capaces de evaluar objetivamente a la ciencia actual así como hoy miramos hacia atrás y vemos que en el nombre de la ciencia se han dicho grandes barbaridades.

Entonces me pregunto: ¿Hace falta estar en el futuro para permitirnos dudar objetivamente incluso de la ciencia misma?

miércoles, 20 de julio de 2011

INTERDISCIPLINA MÉDICA

Si hubiese médicos que hiciesen publicidad, el mundo estaría empapelado de propagandas pro salud.
Si hubiese médicos que hiciesen empresas de alimentos, las góndolas en el supermercado estarían llenas de productos saludables.
Si hubiese médicos que diseñaran indumentaria, la vestimenta se adecuaría al cuerpo de la persona y no provocaría trastornos en la persona por entrar en ella.
Si hubiese médicos que gestionaran medios de comunicación, estos sanarían a la sociedad en vez de enfermarla. El horario de protección al menos no se confundiría con un horario con licencia para pasar pornografía, los chicos verían dibujitos sin violencia y adecuados para su edad, no se vendería impunemente la obsesión por lo físico, la moda y el sexo y tantas otras cosas.
Si hubiese médicos que supiesen de sociología el alcohol, las drogas y el tabaco no estarían de moda y sí lo estarían los hábitos saludables.
Si hubiese médicos que hiciesen política, la ley ampararía las prácticas saludables y penalizaría a sus distractores (tabacaleras, etc.).
Si hubiese médicos que hicieran música, esta no apelaría a degradar nuestras conductas sino a mejorarlas y elevarnos.


SI HUBIESE MÉDICOS QUE HICIESEN OTRA COSA QUE NO SEA MEDICINA EL MUNDO SERÍA MÁS SALUDABLE.

viernes, 1 de julio de 2011

ETIQUETAMIENTO

A la hora de juzgar situaciones o posturas determinadas es difícil marcar la diferencia entre la crítica hacia la persona y la crítica hacia el asunto evaluado. Esto propicia malos entendidos, la confusión entre asuntos personales y el tema en cuestión (se pierde objetividad) y ofensas.



A grandes rasgos la diferencia es mínima pero entenderla nos otorga madurez a la hora de recibir críticas y herramientas para mejorar a partir de ellas.

Es importante saber que la crítica constructiva se fundamenta en evaluar acciones y no en juicio de valores personalizados.

En mi opinión nadie es algo absoluto sino que realiza un conjunto de acciones, que le adjudican cierta tendencia, que pueden ser clasificadas en diferentes adjetivos. También podría decir que todos somos cierta característica en mayor o menor medida que otro, es decir, nadie tiene derecho de criticar más que una mera acción sin correr el riesgo del auto insulto.

Nadie es “malo” o “bueno” sino que tiene un conjunto de características que subjetivamente cada uno clasifica como buenas o malas; y obviamente esas características se ven reflejadas en acciones del día a día. Lo más concreto son las acciones y lo más subjetivo el juicio de valores (“bueno” o “malo”). Las características (amable, mentiroso, etc.) sólo tienen validez cuando son fundamentadas con acciones reales.

En general, tendemos a empezar con los juicios de valores, fundamentarnos en las características y olvidarnos de lo más concreto que solidifica la estructura crítica.

Al hacer una crítica constructiva es bueno tener presente la diferencia entre evaluar a la persona y evaluar a sus acciones. Según esto nadie es egoísta sino que tiene actitudes propias del egoísmo. De esta forma se puede suprimir gran parte del ataque interpersonal que provoca este tipo de confrontaciones.

Por otro lado, las personas van cambiando y así también deberían ir cambiando nuestras opiniones. Esto es importante para mantenernos exentos de caer en opiniones cerradas.

Hay que recordar que una característica no quita a la otra. Nunca olvidemos objetivar lo más posible nuestros juicios; de lo contrario veríamos algo que no nos gusta y simplemente tacharíamos a esa persona, y así nos privaríamos de todas sus demás facetas.

Lejos quiero mantenerme de realizar juicios que sub o sobrestimen a los demás y de, evaluando características de las cuales yo no estoy exento, escupir al techo y sentir como el escupitajo me cae en la cara.

IGNORANCIA IMPUNE

La aceptación, celebración y posterior práctica de la ignorancia pareciera no tener límites. Todos los días veo a gente “inteligente” que se deja llevar por lo que suponen las apariencias dicen. Lo que más me molesta de ellas es que se atreven a juzgar y hasta subestimar a personas que no cumplen con sus patéticos parámetros de normalidad.
Incoherentemente señalan a la superficialidad cuando ellos mismos la utilizan como un parámetro de evaluación “válido” para subestimar.

Basado en esto digo que no estoy dispuesto a rebajarme al nivel de tal incoherencia y aceptar críticas de personas que no se atreven a conocerme en profundidad. No acepto juicios basados en suposiciones infantiles, subjetividades no fundamentadas, ideas inventadas o la misma ignorancia.

viernes, 6 de mayo de 2011

DIVINA RAZÓN

¿Qué criterio usamos para evaluar lo que nosotros creemos Dios hace o deja de hacer? ¿Según qué parámetros Dios no es razonable?

-“Si Dios existiera no habría niños desnutridos muriéndose en África” (nota: como si no los hubiera en nuestro propio país).

Es cada vez más evidente la miseria del hombre a la hora de pensar. Nuevamente reafirmo el concepto de que, en líneas generales, el conocimiento no funciona antagónicamente.
Si yo decido pegarle un golpe a la persona que dijo la frase del párrafo anterior ¿Qué probaría?; que no existe una persona que lo defienda o sería prueba de mi existencia.
Que haya niños desnutridos muriéndose en donde sea es prueba de que Dios no existe o es evidencia de las malas administraciones sociales o políticas, de la misma ignorancia, de la falta de previsión o de un sin número de factores que comúnmente se abrevian.
Si Dios viniese y solucionara todos los problemas que tenemos o nos impidiese hacer algo erróneo (pero que en ese momento no le vemos como tal), sería tachado de dictador o malo por no dejarnos hacer las cosas que nosotros queremos.

Todos tratamos de buscar culpables para sacarnos la culpa de encima ¿Saben quién es el culpable de que haya niños muriéndose en condiciones infrahumanas en todo el mundo? Nuestra raza “tan evolucionada”.

Lamentablemente a lo largo de la historia mundial, Dios ha sido sinónimo de iglesia y religión; a lo cual refuto diciendo que los seres humanos y cualquier institución humana jamás podrá representar la perfección ya que nosotros mismos no lo somos. Entonces puedo decir que lo que diga la iglesia “X” no es necesariamente sinónimo de “Dios dice”.
En el nombre de Dios se han cometido los peores crímenes, injusticias, violaciones a los derechos individuales y atentados al saber. Pero… ¿Quién dice que Dios estaba de acuerdo con estos?
Me parece que Dios ha tenido los peores representantes. Y esto ha provocado que se lo señale a Él por los errores de los seres y entidades humanas que lo representaban y siguen representando.

El que dice que Dios es injusto e irrazonable lo desafío a encontrar algo de esas características en la Biblia (la máxima revelación que tenemos de Él). Lo que sí es cierto es que “Dios dice” es sinónimo de “escrito está en la Biblia”. Con lo cual no tenemos más que leerla para conocerlo e identificar las incongruencias existentes entre lo que las religiones e iglesias dicen de Dios y lo que la Biblia realmente manifiesta.

Yo creo que la misma fuente primaria del saber, en la cual el conocimiento está en su estado más puro y relacionado interdisciplinariamente, es Dios. Dios (no la iglesia ni la religión) es la ciencia viva y final.
Dios ve el principio desde el final, ¿Cómo va a ser irrazonable? Su omnipotencia y estándares de lógica y razón son tan elevados que a veces no podemos llegar a comprenderlos o seguirlos ¿El hecho de no entenderlo significa que está equivocado?

Para aclarar un poco esto último voy a introducir una analogía: ¿Cómo haría un animal para entender lo que nosotros hacemos? ¿Cómo haríamos nosotros para explicarle a un perro por qué es importante que lo vacunemos? Si tuviésemos que explicarle el por qué para que lo entienda estaríamos toda la vida intentándolo y así nunca conseguiríamos su consentimiento para hacerlo.

Algo similar ocurre en la relación entre Dios y los seres humanos. Pero la diferencia es que, si bien estamos limitados por nuestros sentidos y aislados por nuestros procesos mentales, en esta relación Dios nos dotó con las facultades necesarias para hacer uso de la razón. Por eso propongo que investiguemos y pongamos a prueba la Biblia a ver que descubrimos.

Como autoproclamado defensor mundial de los intereses divinos les digo lo siguiente: ¡Al que dice que Dios no es razonable lo reto a que lo pruebe! Lo invito a que no se cierre sino que se abra al conocimiento que produce la investigación interdisciplinaria y lo insto a que haga uso de sus dudas y las utilice para llegar a la verdad (sea cual sea).

La famosa frase “El que tenga oídos para oír que oiga” (Mat. 13:9) habla justamente de esto, parafraseándola digo: al que le interese y esté abierto a la verdad que la oiga.

EXISTENCIA DIVINA

¿Quién abala a la gente incrédula para evaluar desde la ignorancia, la existencia de Dios?
Lamentablemente la razón humana popular se ha convertido en un patético ente que pobre y fluctuantemente evalúa lo cotidiano sin ningún tipo de referencia confiable y duradera. Hoy en día parece una costumbre social el hablar sin conocimientos y esto es algo que debemos aprender a identificar.

Lo que pretendo atacar es a la ausencia de fundamentos sólidos para sostener determinada postura.

Para tener una opinión sobre alguien, lo mínimo que se debe hacer es conocer a ese alguien. Pasar tiempo con él, interiorizar en su vida (leer cosas que ha escrito o ver cosas que ha hecho) y no permitir la influencia de opiniones de segunda mano (el famoso: “no me cae bien porque Fulano me dijo que es…”). De lo contrario la opinión no estará acorde con la realidad ni será fidedigna.
Todo aquel que, pese a basarse en estos destructores de las opiniones calificadas, opina sin ningún tipo de reparo no merece ser tenido en cuenta.
Por el otro lado, ¿Quién tiene una opinión real de ti mismo según tu criterio? ¿Alguien que te conoce mucho o alguien con quien nunca tuviste mayor trato que un simple saludo diario?
Nadie habla de opiniones sesgadas por afectos (la opinión de los padres) pero si opiniones basadas en la luz de la realidad y la verdad.

Entonces puedo decir que lo primero que preguntaría a las personas que afirman que Dios es un invento sería: ¿Alguna vez has leído la Biblia? Con esa simple pregunta puedo detectar si habla desde la ignorancia o desde el conocimiento.
El orador puede ser un estudioso de la Teoría de la Evolución y aún así no tener fundamentos para opinar sobre el Creacionismo. El conocimiento, en líneas generales, no funciona por antagonismo; es decir, si estudio la luz, contemplo que tiene una fuente, teorías que explican su expresión y demás, nadie me avala para decir que las oscuridad es lo mismo pero al revés.

Parece algo incluso gracioso pero es más común de lo que nos imaginamos. Tal pareciera que todos, me incluyo, tenemos vocación en la opinología y amamos decir lo que pensamos pese a no tener idea del tema.

Si quieren opinar de la existencia de Dios primero lean e interiorícense en el tema. De lo contrario no opinen ¡Así de fácil! Para escuchar ignorantes hay oportunidades de sobra por eso tenemos que hacer que nuestra opinión valga la pena.

domingo, 10 de abril de 2011

SEXO HD

La promiscuidad sexual como sinónimo de felicidad y éxito es uno de los mayores engaños vendidos hoy en día. Tal parece que un hombre es hombre a partir del acto sexual y mientras más frecuente sea y con la mayor diversidad posible de compañeras más posicionador resulta.
Entiendo al ser humano como un ser distinguido con la razón. Y por ello creo que en cada aspecto de la vida se debe hacer uso de ella para diferenciarse del resto de la vida presente en el planeta.
Sinceramente, no veo la diferencia entre el modelo de conducta sexual impuesto por la sociedad actual, en el cual el acto se lleva a cabo como consecuencia de una catarata de hormonas, y la conducta que manifiestan los animales cuando se encuentran en celo.
El sexo fuera de un marco de amor se convierte en no más que una patética y denigrante forma de actividad física que lejos de elevarnos desparrama partes especiales de nuestro ser.
¡Perder dignidad nunca fue mejor visto! Hoy en el siglo XXI vemos más que nunca la evolución indiscutible del hombre hacia una raza superior, el hombre como presa de sus propios deseos.

jueves, 7 de abril de 2011

JUICIO DE VALORES

Cada día parece más común esta práctica que, lejos de reflejar la realidad, invoca a la más enclenque subjetividad.
Me parece que el único ser que tiene el título de juez es Dios, ningún otro ser viviente posee ese derecho. Pero lo que sí nos compete como seres humanos es la identificación de características y rasgos, no así la calificación de correcto o erróneo.

Por ejemplo, si conocemos a una persona y, porque me ha hablado ásperamente y muy directamente muchas veces, decimos que es mala, estamos en serios problemas. Haciendo esta valoración sometemos el dictamen final al conjunto de características que a nosotros nos proyecta una “mala persona” ¿Es una mala persona por tener carácter fuerte?
Lo que en realidad está pasando es un choque de personalidades y por eso es bueno diferenciar nuestro juicio de “bueno o malo” con las características ajenas que combinan con nuestra personalidad y las que no. La gente con características que no encajan coherentemente con las nuestras no son gente mala o equivoca, simplemente son diferentes.

Brindar un juicio de grado tan elevado como lo es el juicio de valores, puede ser un arma de doble filo, especialmente para gente no capacitada para la tarea.
No quisiera estar en los zapatos de aquellos que se atreven a ponerse en el papel de jueces. “Con la vara que mides serás medido” o en otras palabras… ¡No escupas al techo!

viernes, 11 de marzo de 2011

PROPÓSITO DIGNO

Lejos de aceptar la realidad común de los futuros estándares creo firmemente en la distinción unipersonal de un propósito especial para el porvenir individual.



Teniendo en cuenta que fuimos diseñados para ser eternos, la concepción que hoy tenemos de la vida es un tanto diminuta… ¿Qué es la vida? Con toda la suerte, 100 años es la vida de un ser humano ¿Cómo se compara 100 años con la eternidad? Indudablemente el ser una raza caída nos hizo víctimas del paso del tiempo y nos condenó a algo que nunca fue parte del plan, un fin. Esto nos condiciona negativamente y nos ha puesto dos límites: el tiempo y espacio (variables que en un principio fueron pensadas para nuestra completa libertad).

Pero si fueron establecidas para el óptimo goce de la vida ¿Por qué verlas como entes que nos limitan? ¿Qué pasaría si pensáramos en que vamos a vivir por siempre y que tenemos territorio ilimitado para conquistar?

Al dejar que nuestra óptica se vea influenciada por limitaciones nos ponemos un techo demasiado bajo teniendo en cuenta nuestro origen. Y así, lo peor que podemos hacernos es no mirar al futuro con perspectiva de eternidad. Es como permanecer ajenos a una nueva forma de vida que lejos de ser novedosa fue fundada junto con el primer ADN humano.

¿Cómo cambiaria la importancia que le damos a encontrar nuestro propósito en la vida si concibiéramos a la vida como infinita e ilimitada?

Saliendo un poco de la utopía, la cuestión que no podemos dejar de considerar es la importancia de descubrir el común denominador entre mi yo condenado a la realidad actual y el yo eterno. La coincidencia está en el propósito de vida de cada uno. Algo que la mayoría de las personas nunca logra conocer. El buscar y luchar por ese propósito individual y único, nos conecta con la esencia de nuestro yo más evolucionado y así nos preparamos para recibir la nueva naturaleza en la cual la realización personal no tiene fin.

Entonces, ¿Cómo logro conectarme con este propósito que parece ser tan innato? Lo logramos yendo a las premisas básicas del diseño madre. Las fuerzas cósmicas apuntan a la armonía universal y nos ayudan en esta búsqueda. Recurramos a la divagación exquisita por la historia de los orígenes estudiándola con el ingenio y la astucia que implica poner en vigencia una nueva tendencia.

Sin miedo a equivocarme, podría decir que el mundo en el que hoy vivimos es una gran oda a la desvirtuación de la calidad y categoría humana primaria, a tal punto que lo que en un principio era para edificación hoy nos destruye. A grandes rasgos, el propósito de cada uno es adueñarse de una pequeña parte de ese diseño primario y defenderla para preservarla y volverla una realidad.

Pensemos en perpetuar nuestra carrera hacia la eternidad; primero tratemos de retornar a lo perfecto y luego ideemos estándares más elevados de perfección (aumentar la calidad de esa perfección).

Mi concepción de vida es que uno está vivo únicamente cuando hace uso pleno de su dignidad y libertad; y creo que la única y mejor forma de hacerse partícipe de la verdadera vida es aferrarse y luchar por su propósito de eternidad y proseguir a la meta hasta el final.

sábado, 26 de febrero de 2011

SOMETIMIENTO

A veces la autoridad (gobiernos, padres, amigos, etc.) hace uso del poder usurpando las libertades individuales y privando a sus subordinados de su libre expresión de ser. Un sometido es aquel que acepta esta situación no basándose en la razón sino en el miedo.


El posteo de hoy va dedicado a describir a aquellos que eligen someterse a alguien que no es autoridad, y ni siquiera hace uso de la autoridad que le dan sobre ellos mismos.


Lo que está detrás de todo sometido es un fuerte miedo por ser auténtico y por no pertenecer. Me pregunto hasta qué punto podemos llegar a comprometer nuestra dignidad por el simple hecho de ser aceptado o querido.

En mi opinión, el sometimiento nos lleva a la cantidad, y la expresión original a la calidad en las relaciones interpersonales ¿Vale la pena comprometer la calidad por la cantidad?

El miedo es un arma de doble fijo, ya que por un lado es una oportunidad para lograr nuevos niveles de realización personal y para acelerar los procesos; pero por el otro, el miedo mal entendido tiene un tinte de obsesión y puede ser un gran destructor personal.

Perdamos el miedo del qué dirán y creamos en el pleno conocimiento de nuestros pares. Perdamos el miedo de enfrentar y decir que somos diferentes y pensamos distinto. Tratemos de ver al miedo como un indicador de nuevos retos personales y aprendamos a disfrutar de esa sensación de adrenalina heroica que conquista nuevos horizontes de dignidad.

sábado, 12 de febrero de 2011

INCOHERENCIA INTERNA III

Este posteo pretende describir al grupo de personas que nomino los cara de cemento a quienes subdivido en: los rata, los mascarita y los mártires.

Los rata son personas que pretenden sacarte todo lo que más pueden sin dar nada a cambio, como vampiros chupasangre que te consumen hasta la muerte. Sólo se preocupan por recibir y no ceder nada. Hacen su ley y forma de vida la siguiente premisa: “Lo tuyo es mío y lo mío es mío”. Tratan con gran esfuerzo de ahorrar hasta el último centavo a expensas de la buena de los demás. Pero a la hora de retribuir de alguna forma, ayudar o dar simplemente se abstienen.
No estoy en contra de ahorrar pero si en contra del abuso de la bondad ajena para el beneficio propio.

Los mascarita son aquellos que no son lo que muestran sino que fingen ser ante los demás. Realizan grandes esfuerzos por pertenecer y para ello desnaturalizan su propio vivir. Carecen de originalidad y se convierten en no más que un mero reflejo, privado de la profundidad y distinción de las razones propias.

Describo a los mártires como esas personas que sienten tener derecho por sobre los demás debido a las situaciones que le han tocado vivir en la vida (que no están fuera de los hechos que todos vivimos en algún momento). Creen que los demás tienen obligaciones para con ellos y no dejan de lucrar con sus patéticas formas de vida y conveniente estrechez de razonamiento. Apelan a la lástima y a cualquier medio para conmover la mano dadivosa.
Se posesionan del papel de víctima de la vida y se cierran a la realidad de los demás. Lo que detesto de ellos es que logran revertir las críticas que reciben hacia el lado acusador quedando ellos exentos según el sensacionalismo de sus juicios.

Me resulta chocante la falta de dignidad y amor propio a la que ciertas personas llegan a acostumbrarse. Pareciera que deciden voluntariamente auto degradarse para conseguir su objetivo.
Los cara de cemento son un viviente atentado a la razón y plenitud humana. Son personas que no saben cómo vivir y tampoco se preocupan por aprender. Elijen vivir basándose en la ley de la holgazanería (mínimo esfuerzo) y mediocridad; creen que el fin justifica los medios, que todo lo que brilla es oro; y se exponen a situaciones en que pueden ser humillados fácilmente.

¿Cómo soportarlos? Creo que lo mejor es no involucrarse con ellos ni bien detectamos ciertas actitudes. Permanecer alejados sin ser maleducados o irrespetuosos.
Si no los sabemos tratar logran enfurecernos por eso me parece que algo muy sano el verlos como los bufones oficiales de la gente razonable (doy fe que lo son) y simplemente reírse de sus constantes absurdos.

domingo, 30 de enero de 2011

INCOHERENCIA INTERNA II

Me resultan altamente irritantes las personas nubladas por destructores de la realidad como lo son: la persecución personal, los complejos, los sesgos o el rencor. A este grupo de personas los nomino como los irritantes.
Que importante es ver al mundo tal cual es y no distorsionarlo por tendencias personales.
Hagas lo que hagas siempre habrá gente a favor y en contra y eso es bueno ya que nos hace diferentes y la interacción con lo diferente relaja nuestras individualidades hasta un ámbito de naturalidad. Pero esto no se aplica a los irritantes ya que son personas que te ven mal y se sientan atacadas independientemente de lo que hagas. Nunca nada los deja satisfechos o conformes; hagas lo que hagas siempre lo toman mal.
Al no conectarse con la razón sus pensamientos y conclusiones están libradas a la suerte de su estado de ánimo y tendencias personales; los que forman fundamentos totalmente enclenques y no aptos. Así, hacen ley la idiotez resultante de su ánimo de turno, toman como única verdad su involucionada subjetividad y crean una importante cantidad de incoherencias internas.
Su pérdida del objetivo de la conversación y desviación del tema, por algún detonante mínimo de sus tendencias personales, lo único que hacen es destruir el mensaje principal y propiciar malos entendidos y falta de productividad en las relaciones interpersonales.
Los irritantes pierden de vista el objetivo por minúsculos detalles a los cuales son hipersensibles y así no logran salir adelante, mejorar o superar situaciones. Probablemente esta gente está condenada, por sus propia irracionabilidad, a tener una personalidad patológica de por vida y nunca salir de ella por su incapacidad de reconocer errores propios y asumir la responsabilidad de ellos (el primer paso para superar un problema es reconocer que lo tenemos).

¿Cómo se mantiene una conversación razonable con alguien que es incapaz de entender lo mínimo que estas tratando de decir y no deja de ponerse en víctima y sentirse atacado por sus propias suposiciones?

¿Cómo se enfrenta a estas personas y se evitan todas las complicaciones que implica una simple charla con ellos? Se enfrenta con silencio y la apelación a toda nuestro poder de resumen para dar el mensaje lo más objetivo posible y lo menos expuesto a malos entendidos.
Prefiero parecer un antipático, un dictador o un cerrado ante ellos antes que lidiar con problemas innecesarios e inexistentes que lejos de construir me desgastan.

domingo, 23 de enero de 2011

AUTOCONOCIMIENTO

El conocimiento de nuestra verdad puede ser concebida como una experiencia por demás dolorosa y desafiante que atenta con nuestra felicidad; pero lejos de ser esto veo al autoconocimiento como una oportunidad para que personas razonables logren consistencia en sí mismas y una elevación permanente de su existencia y estabilización de su felicidad.




Cualquier verdad, en este caso nuestra historia, trae la posibilidad de conocer situaciones dolorosas o conflictivas y así reta nuestra capacidad de superarlas. Incluso a veces quedamos resentidos o dañados y olvidamos la etiología.

Creo que el pleno conocimiento de los hechos demanda su procesamiento para superarlos y así crecer; esto es lo dificultoso. Hay hechos que tardamos mucho tiempo en procesarlos, tal vez años. A la hora de elegir conocer la verdad es importante tener en cuenta este tiempo que en cada individuo es diferente. Viéndolo así, la verdad bien procesada nos edifica y la verdad mal procesada o en bruto (sin procesar) nos destruye.

Toda verdad provoca cambios, y el cambio tiene un componente teórico y uno práctico. Para salir victoriosos del proceso debemos haber superado ambos componentes.

Tal vez la verdad es un arma de doble filo que no es apta para todo público.

Tal vez la verdad es un ente que desafía a lo más elevado de la raza humana y la destruye con el fin de hacerla pura y cada vez más firme. Como cuando un metal se pone al fuego, mientras más temperatura reciba más puro termina el metal. Puede doler pero el resultado final lo vale (el dolor es una gran oportunidad de capitalización personal).

Según la creencia popular la verdad a veces destruye nuestra felicidad. Lo que yo creo firmemente es que si la felicidad no es fundada en la verdad no es una felicidad sólida ni estable (madura) sino un estado librado a la suerte de circunstancias externas y totalmente dependiente del momento ¿Soy feliz porque me gano la lotería y soy infeliz porque me enfermo? Me parece que la felicidad se alimenta de hechos más profundos que los del diario vivir; la felicidad se relaciona con la esperanza, con los sueños, con el esfuerzo diario para lograr la meta, con elementos totalmente abstractos y no perecederos (esto garantiza la constancia).

¿Tiene la verdad un precio demasiado caro? Prefiero sufrirlo a condenarme a una felicidad estúpida. Prefiero utilizar la verdad para alcanzar un estado de felicidad real.

¿Por qué es tan importante según mi criterio la verdad? La verdad a lo largo de nuestra vida tiene magnitud apropiada para ayudarnos a crecer y madurar. Al lograr capitalizar todo lo que la verdad nos puede enseñar logramos consistencia en nosotros mismos y esto nos convierte en independientes de cualquier circunstancia externa (o lo más independientes posible). Es en este entonces cuando la verdad nos libera de la pavada humana y nos motiva a buscar las profundas verdades de la historia universal que son lo realmente importante.

miércoles, 19 de enero de 2011

AMOR DIGNO

Defino al amor digno como la elección constante de dos individuos de fusionar sus vidas basados en una forma de individualidad distinta (la grupal), en valores morales ajustados a las leyes naturales y en la virtud de la constante reinvención.




Debemos hacer uso de la libertad de elección pero no confundiéndola con el libertinaje. El libertinaje es el abuso de las libertades individuales y la libertad conduce al respeto y valoración propia y de los demás. Entonces dos personas deberían elegirse porque se respetan y admiran mutuamente. El fundamento del amor debe ser la admiración mutua del eje (*ver PONERSE EN EJE) del otro individuo ya que este invoca a su esencia y las razones de su pasado, presente y  futuro. Esta admiración digna del enamoramiento es un acto por demás distinguido y selectivo. La excelencia en la elección nace de la excelencia en ser. Entonces puedo decir que para elegir a alguien como mi pareja el requisito mínimo es: me tiene que mover el piso más de lo que me lo muevo yo mismo.

A lo largo de la vida el énfasis siempre debe estar en ser, ir perfeccionando nuestra alma con el fin de distinguirnos, para que cuando hallemos esa misma distinción (coincidencia de eje) no tengamos dudas de avanzar (vale destacar que el eje puede ser uno y la expresión de ese eje puede darse de infinitas formas). Así, el amor no es algo que salimos a buscar desesperadamente sino que es algo que nos encuentra mientras nos ocupamos de ser. Una frase de mi escritora favorita, Ayn Rand, dice lo mismo en otras palabras: “Para decir yo te amo, primero hay que aprender a decir Yo”.

Luego viene la cuestión obvia de la atracción sexual. Que en mi opinión debe estar lejos de ser central. No hay nada menos sólido que fundar una relación en el sexo ya que es temporal y está condicionado por un sin número de características superfluas pasajeras y carentes de relevancia eterna. La atracción sexual es importante pero cuando se convierte en lo especial de la pareja, acuña la degradación de la individualidad ocasionada por el placer de un momento (placer que cualquier otro puede darte igual, peor o mejor) y propicia la infidelidad y demás destructores del amor. El verdadero amor sigue a pesar de lo físico.

Por esto creo fundamental la excelencia en el ser para lograr racionalizar sueños imponentes, fuertes y dignos de ser admirados. Cuando nos enamoramos de los sueños del otro la relación se ve fortalecida en la luz del esfuerzo diario y es mantenida por el anhelo de alcanzar esa meta en común. Una vez escribí que los sueños son el motor que impulsa nuestras vidas… también son el motor que impulsa una relación exitosa a lo largo de los años. Soñar juntos es el secreto para el enamoramiento constante.

La individualidad modifica su forma de expresión en las distintas edades y situaciones de la vida. El casamiento no es ni debería ser un atentado a la intimidad sino la reinvención de ella. Así la individualidad matrimonial es la fusión integral de dos personas a punto tal de ser uno (dos seres y un yo). El mal entender esta dinámica conduce a sufrir la desunión y falta de conexión mutua.

La confianza establece un marco de armonía y flexibilidad; y para lograrla hace falta que ambos establezcan normas de convivencia y que conozcan sus valores morales. Es ahí cuando se evita vivir en el infierno de controles y persecuciones; cuando se logra el vínculo ideal de transparencia en el que hagas lo que hagas la otra parte lo tomará bien (porque conoce las intenciones).

Otro pilar del amor verdadero es la reinvención constante (ver CRITERIO DE EVOLUCIÓN). Esto evita la monotonía e invoca a todo nuestro poder mental para encontrar alternativas creativas en todas las dimensiones de la pareja. El cambio constate es clave para el enamoramiento constante o, más dentro de la razón, la elección permanente. Cambiar para mejorar alude a una característica elevadora del amor, el darse honor mutuo (ser y hacer cosas dignas de enorgullecer al otro).

El amor tiene un fuerte rasgo sentimental que provoca una cascada de sentimientos que tienden a matizarse con el tiempo. Es hermoso sentirlos pero debemos ser lo suficientemente inteligentes para entenderlos como una reacción temporal cuyo fin no marca el fin del amor sino el principio de la constancia razonable. La correcta fusión entre la razón y lo sentimental nos garantiza la exclusividad con nuestra pareja y dignifica el amor.

Probablemente pensando de esta forma estoy condenado a quedarme sólo pero, ¿No es mejor vivir sólo que sufrir la denigración de la falta de dignidad gestionado por alguien que duerme en mi misma cama? Creo firmemente en que cuando se conoce el amor en plenitud, la atracción y elección integral, se es incapaz de algo inferior.

jueves, 13 de enero de 2011

SER FAN

Una personalidad que no puedo concebir es la de aquellos segados por el fanatismo hacia una persona, objeto, grupo o ente. No comprendo la exaltación obsesiva que justifica e intenta repetir todo. Repudio la falta de originalidad y la acción de seguir pasos no razonados previamente causados por una admiración poco digna.
La idealización de ciertos personajes y el fanatismo por ellos conducen a una forma errónea de admiración en la cual disciplinas incompatibles avalan incoherencias. Hay que diferenciar las disciplinas en que un humano se destaca para poder admirarlo dignamente. Por ejemplo, que un individuo sea el mejor neurocirujano del país no quiere decir que sea el mejor padre. Es decir, cada personaje ilustre es un ejemplo en su disciplina fuerte.

Seguramente las formas equivocadas de admiración que posee la sociedad y los referentes del pasado fueron los responsable de la realidad de hoy (*ver LA CRUDA REALIDAD).

Sin lugar a dudas es enriquecedor tener buenos referentes a seguir pero siempre y cuando esa acción implique la utilización del propio razonamiento. Cuando el ser fan se interpone en cuestiones de mi destino debo decir que no me gusta la idea de reemplazar u ocupar el lugar de otra persona, prefiero creer en la reinvención y originalidad de destinos. No tengo que pretender ser nadie más que la última versión de mí mismo.

Realmente no entiendo la razón de invertir mi pasión en algo/alguien que no sea mi propio proyecto de vida. Seamos fans sí, pero de nuestras propias ideas y sueños.

miércoles, 5 de enero de 2011

LA CRUDA REALIDAD

No puedo más que quebrarme hasta el llanto ante ciertas injusticias que son realidad del día a día en el mundo de hoy.
¿Quién es el responsable? A veces pienso que el peor derecho que Dios nos otorgó es la libertad de decisión ya que al hacer mal uso de ella ponemos en juego las vidas de otras personas ¿Es la culpa de Dios los problemas de la sociedad actual? No seamos tan descarados e infantiles de repartir acusaciones con el afán de quedar limpios. Es culpa nuestra, de nuestras decisiones. Las elecciones de la raza humana son las deficientes… vamos a las urnas y votamos autoridades no aptas, no planificamos nuestra vida y terminamos dando en adopción a nuestros hijos, condenándolos a una vida de miseria o tirándolos a la nada, preferimos quedarnos en casa y vivir de las ayudas del gobierno o del trabajo de nuestra pareja o hijos.
¿Es la raza humana el producto de la evolución de milenios enteros?

No me entra en la cabeza el tremendo sentido de desamparo y constante humillación que las víctimas de estas injusticias deben batallar todos los días. No quiero imaginar hasta qué punto su dignidad está comprometida.

Lo que considero más triste es que la lucha que tienen a diario para obtener lo básico (amor, alimentos, techo) opaca su lucha por la auto realización. En otras palabras, sus esfuerzos por sobrevivir duermen la imperiosa demanda del ser humano de dignidad.

No concibo la vida sin dignidad ni sueños que perseguir.

Más allá de lo material, siempre me gusta pensar en la persona como un ser tratando de alcanzar grados cada vez más elevados de libertar, autosuficiencia e independencia. Y aquí radica mi mayor pesar al respecto. Pienso que siempre uno tiene la elección final acerca de lo que queremos hacer con nuestra vida y de lo que queremos ser. Pero me atormenta pensar que haya personas que no tienen todas las herramientas que deberían para elegir dignamente.

No dejo de admirarme de personas que no utilizaran su pasado como medio para lucrar o aprovecharse, personas que no hacen de su historia una excusa para realizar crímenes y demás, personas que han elaborado su dolor y han seguido adelante sin mirar a los costados.

Es triste tener un pasado fuerte; es triste haber sufrido situaciones que no son propias de los primeros años de vida. Pero, a pesar de esto, creo firmemente que el dolor, procesado por la razón, puede ser transformado en garras y fuerzas para correr hacia la meta.
Creo que la moraleja es: nunca permitas que las experiencias de tu pasado marquen para mal el hoy y arruinen tu futuro. Toda situación puede y debe ser utilizada para construirnos más que para destruirnos.

domingo, 2 de enero de 2011

VÍCTIMA O VICTIMARIO

Es un requisito básico para la maduración el vivir situaciones malas, arrostrar fracasos y salir a delante aprendiendo del error. El hecho de superar estos eventos nos van conduciendo hacia el éxito; pero si hay algo que atenta con todo el aprendizaje y beneficio que el errar implica es el papel de víctima.
No me identifico en absoluto con la gente que no se hace cargo de sus errores. No abalo ni confío en aquellos que reparten culpas y no asumen su responsabilidad.
La postura que defiendo es la de ponerse en victimario (como sinónimo de culpable o responsable) aún cuando no lo somos ya que es la única forma en que el error nos edifique. Hacernos cargo de nuestros errores es la mejor forma de entender y hacer honor a nuestro orgullo. Identificar, reconocer y reflexionar en nuestras equivocaciones (tanto por acción como por omisión) nos preparan para el día de mañana.
Creo profundamente en la autogestión y en que para alcanzar su excelencia no debemos privarnos del privilegio de la no victimización.