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No soy el unico loco:

domingo, 30 de enero de 2011

INCOHERENCIA INTERNA II

Me resultan altamente irritantes las personas nubladas por destructores de la realidad como lo son: la persecución personal, los complejos, los sesgos o el rencor. A este grupo de personas los nomino como los irritantes.
Que importante es ver al mundo tal cual es y no distorsionarlo por tendencias personales.
Hagas lo que hagas siempre habrá gente a favor y en contra y eso es bueno ya que nos hace diferentes y la interacción con lo diferente relaja nuestras individualidades hasta un ámbito de naturalidad. Pero esto no se aplica a los irritantes ya que son personas que te ven mal y se sientan atacadas independientemente de lo que hagas. Nunca nada los deja satisfechos o conformes; hagas lo que hagas siempre lo toman mal.
Al no conectarse con la razón sus pensamientos y conclusiones están libradas a la suerte de su estado de ánimo y tendencias personales; los que forman fundamentos totalmente enclenques y no aptos. Así, hacen ley la idiotez resultante de su ánimo de turno, toman como única verdad su involucionada subjetividad y crean una importante cantidad de incoherencias internas.
Su pérdida del objetivo de la conversación y desviación del tema, por algún detonante mínimo de sus tendencias personales, lo único que hacen es destruir el mensaje principal y propiciar malos entendidos y falta de productividad en las relaciones interpersonales.
Los irritantes pierden de vista el objetivo por minúsculos detalles a los cuales son hipersensibles y así no logran salir adelante, mejorar o superar situaciones. Probablemente esta gente está condenada, por sus propia irracionabilidad, a tener una personalidad patológica de por vida y nunca salir de ella por su incapacidad de reconocer errores propios y asumir la responsabilidad de ellos (el primer paso para superar un problema es reconocer que lo tenemos).

¿Cómo se mantiene una conversación razonable con alguien que es incapaz de entender lo mínimo que estas tratando de decir y no deja de ponerse en víctima y sentirse atacado por sus propias suposiciones?

¿Cómo se enfrenta a estas personas y se evitan todas las complicaciones que implica una simple charla con ellos? Se enfrenta con silencio y la apelación a toda nuestro poder de resumen para dar el mensaje lo más objetivo posible y lo menos expuesto a malos entendidos.
Prefiero parecer un antipático, un dictador o un cerrado ante ellos antes que lidiar con problemas innecesarios e inexistentes que lejos de construir me desgastan.

domingo, 23 de enero de 2011

AUTOCONOCIMIENTO

El conocimiento de nuestra verdad puede ser concebida como una experiencia por demás dolorosa y desafiante que atenta con nuestra felicidad; pero lejos de ser esto veo al autoconocimiento como una oportunidad para que personas razonables logren consistencia en sí mismas y una elevación permanente de su existencia y estabilización de su felicidad.




Cualquier verdad, en este caso nuestra historia, trae la posibilidad de conocer situaciones dolorosas o conflictivas y así reta nuestra capacidad de superarlas. Incluso a veces quedamos resentidos o dañados y olvidamos la etiología.

Creo que el pleno conocimiento de los hechos demanda su procesamiento para superarlos y así crecer; esto es lo dificultoso. Hay hechos que tardamos mucho tiempo en procesarlos, tal vez años. A la hora de elegir conocer la verdad es importante tener en cuenta este tiempo que en cada individuo es diferente. Viéndolo así, la verdad bien procesada nos edifica y la verdad mal procesada o en bruto (sin procesar) nos destruye.

Toda verdad provoca cambios, y el cambio tiene un componente teórico y uno práctico. Para salir victoriosos del proceso debemos haber superado ambos componentes.

Tal vez la verdad es un arma de doble filo que no es apta para todo público.

Tal vez la verdad es un ente que desafía a lo más elevado de la raza humana y la destruye con el fin de hacerla pura y cada vez más firme. Como cuando un metal se pone al fuego, mientras más temperatura reciba más puro termina el metal. Puede doler pero el resultado final lo vale (el dolor es una gran oportunidad de capitalización personal).

Según la creencia popular la verdad a veces destruye nuestra felicidad. Lo que yo creo firmemente es que si la felicidad no es fundada en la verdad no es una felicidad sólida ni estable (madura) sino un estado librado a la suerte de circunstancias externas y totalmente dependiente del momento ¿Soy feliz porque me gano la lotería y soy infeliz porque me enfermo? Me parece que la felicidad se alimenta de hechos más profundos que los del diario vivir; la felicidad se relaciona con la esperanza, con los sueños, con el esfuerzo diario para lograr la meta, con elementos totalmente abstractos y no perecederos (esto garantiza la constancia).

¿Tiene la verdad un precio demasiado caro? Prefiero sufrirlo a condenarme a una felicidad estúpida. Prefiero utilizar la verdad para alcanzar un estado de felicidad real.

¿Por qué es tan importante según mi criterio la verdad? La verdad a lo largo de nuestra vida tiene magnitud apropiada para ayudarnos a crecer y madurar. Al lograr capitalizar todo lo que la verdad nos puede enseñar logramos consistencia en nosotros mismos y esto nos convierte en independientes de cualquier circunstancia externa (o lo más independientes posible). Es en este entonces cuando la verdad nos libera de la pavada humana y nos motiva a buscar las profundas verdades de la historia universal que son lo realmente importante.

miércoles, 19 de enero de 2011

AMOR DIGNO

Defino al amor digno como la elección constante de dos individuos de fusionar sus vidas basados en una forma de individualidad distinta (la grupal), en valores morales ajustados a las leyes naturales y en la virtud de la constante reinvención.




Debemos hacer uso de la libertad de elección pero no confundiéndola con el libertinaje. El libertinaje es el abuso de las libertades individuales y la libertad conduce al respeto y valoración propia y de los demás. Entonces dos personas deberían elegirse porque se respetan y admiran mutuamente. El fundamento del amor debe ser la admiración mutua del eje (*ver PONERSE EN EJE) del otro individuo ya que este invoca a su esencia y las razones de su pasado, presente y  futuro. Esta admiración digna del enamoramiento es un acto por demás distinguido y selectivo. La excelencia en la elección nace de la excelencia en ser. Entonces puedo decir que para elegir a alguien como mi pareja el requisito mínimo es: me tiene que mover el piso más de lo que me lo muevo yo mismo.

A lo largo de la vida el énfasis siempre debe estar en ser, ir perfeccionando nuestra alma con el fin de distinguirnos, para que cuando hallemos esa misma distinción (coincidencia de eje) no tengamos dudas de avanzar (vale destacar que el eje puede ser uno y la expresión de ese eje puede darse de infinitas formas). Así, el amor no es algo que salimos a buscar desesperadamente sino que es algo que nos encuentra mientras nos ocupamos de ser. Una frase de mi escritora favorita, Ayn Rand, dice lo mismo en otras palabras: “Para decir yo te amo, primero hay que aprender a decir Yo”.

Luego viene la cuestión obvia de la atracción sexual. Que en mi opinión debe estar lejos de ser central. No hay nada menos sólido que fundar una relación en el sexo ya que es temporal y está condicionado por un sin número de características superfluas pasajeras y carentes de relevancia eterna. La atracción sexual es importante pero cuando se convierte en lo especial de la pareja, acuña la degradación de la individualidad ocasionada por el placer de un momento (placer que cualquier otro puede darte igual, peor o mejor) y propicia la infidelidad y demás destructores del amor. El verdadero amor sigue a pesar de lo físico.

Por esto creo fundamental la excelencia en el ser para lograr racionalizar sueños imponentes, fuertes y dignos de ser admirados. Cuando nos enamoramos de los sueños del otro la relación se ve fortalecida en la luz del esfuerzo diario y es mantenida por el anhelo de alcanzar esa meta en común. Una vez escribí que los sueños son el motor que impulsa nuestras vidas… también son el motor que impulsa una relación exitosa a lo largo de los años. Soñar juntos es el secreto para el enamoramiento constante.

La individualidad modifica su forma de expresión en las distintas edades y situaciones de la vida. El casamiento no es ni debería ser un atentado a la intimidad sino la reinvención de ella. Así la individualidad matrimonial es la fusión integral de dos personas a punto tal de ser uno (dos seres y un yo). El mal entender esta dinámica conduce a sufrir la desunión y falta de conexión mutua.

La confianza establece un marco de armonía y flexibilidad; y para lograrla hace falta que ambos establezcan normas de convivencia y que conozcan sus valores morales. Es ahí cuando se evita vivir en el infierno de controles y persecuciones; cuando se logra el vínculo ideal de transparencia en el que hagas lo que hagas la otra parte lo tomará bien (porque conoce las intenciones).

Otro pilar del amor verdadero es la reinvención constante (ver CRITERIO DE EVOLUCIÓN). Esto evita la monotonía e invoca a todo nuestro poder mental para encontrar alternativas creativas en todas las dimensiones de la pareja. El cambio constate es clave para el enamoramiento constante o, más dentro de la razón, la elección permanente. Cambiar para mejorar alude a una característica elevadora del amor, el darse honor mutuo (ser y hacer cosas dignas de enorgullecer al otro).

El amor tiene un fuerte rasgo sentimental que provoca una cascada de sentimientos que tienden a matizarse con el tiempo. Es hermoso sentirlos pero debemos ser lo suficientemente inteligentes para entenderlos como una reacción temporal cuyo fin no marca el fin del amor sino el principio de la constancia razonable. La correcta fusión entre la razón y lo sentimental nos garantiza la exclusividad con nuestra pareja y dignifica el amor.

Probablemente pensando de esta forma estoy condenado a quedarme sólo pero, ¿No es mejor vivir sólo que sufrir la denigración de la falta de dignidad gestionado por alguien que duerme en mi misma cama? Creo firmemente en que cuando se conoce el amor en plenitud, la atracción y elección integral, se es incapaz de algo inferior.

jueves, 13 de enero de 2011

SER FAN

Una personalidad que no puedo concebir es la de aquellos segados por el fanatismo hacia una persona, objeto, grupo o ente. No comprendo la exaltación obsesiva que justifica e intenta repetir todo. Repudio la falta de originalidad y la acción de seguir pasos no razonados previamente causados por una admiración poco digna.
La idealización de ciertos personajes y el fanatismo por ellos conducen a una forma errónea de admiración en la cual disciplinas incompatibles avalan incoherencias. Hay que diferenciar las disciplinas en que un humano se destaca para poder admirarlo dignamente. Por ejemplo, que un individuo sea el mejor neurocirujano del país no quiere decir que sea el mejor padre. Es decir, cada personaje ilustre es un ejemplo en su disciplina fuerte.

Seguramente las formas equivocadas de admiración que posee la sociedad y los referentes del pasado fueron los responsable de la realidad de hoy (*ver LA CRUDA REALIDAD).

Sin lugar a dudas es enriquecedor tener buenos referentes a seguir pero siempre y cuando esa acción implique la utilización del propio razonamiento. Cuando el ser fan se interpone en cuestiones de mi destino debo decir que no me gusta la idea de reemplazar u ocupar el lugar de otra persona, prefiero creer en la reinvención y originalidad de destinos. No tengo que pretender ser nadie más que la última versión de mí mismo.

Realmente no entiendo la razón de invertir mi pasión en algo/alguien que no sea mi propio proyecto de vida. Seamos fans sí, pero de nuestras propias ideas y sueños.

miércoles, 5 de enero de 2011

LA CRUDA REALIDAD

No puedo más que quebrarme hasta el llanto ante ciertas injusticias que son realidad del día a día en el mundo de hoy.
¿Quién es el responsable? A veces pienso que el peor derecho que Dios nos otorgó es la libertad de decisión ya que al hacer mal uso de ella ponemos en juego las vidas de otras personas ¿Es la culpa de Dios los problemas de la sociedad actual? No seamos tan descarados e infantiles de repartir acusaciones con el afán de quedar limpios. Es culpa nuestra, de nuestras decisiones. Las elecciones de la raza humana son las deficientes… vamos a las urnas y votamos autoridades no aptas, no planificamos nuestra vida y terminamos dando en adopción a nuestros hijos, condenándolos a una vida de miseria o tirándolos a la nada, preferimos quedarnos en casa y vivir de las ayudas del gobierno o del trabajo de nuestra pareja o hijos.
¿Es la raza humana el producto de la evolución de milenios enteros?

No me entra en la cabeza el tremendo sentido de desamparo y constante humillación que las víctimas de estas injusticias deben batallar todos los días. No quiero imaginar hasta qué punto su dignidad está comprometida.

Lo que considero más triste es que la lucha que tienen a diario para obtener lo básico (amor, alimentos, techo) opaca su lucha por la auto realización. En otras palabras, sus esfuerzos por sobrevivir duermen la imperiosa demanda del ser humano de dignidad.

No concibo la vida sin dignidad ni sueños que perseguir.

Más allá de lo material, siempre me gusta pensar en la persona como un ser tratando de alcanzar grados cada vez más elevados de libertar, autosuficiencia e independencia. Y aquí radica mi mayor pesar al respecto. Pienso que siempre uno tiene la elección final acerca de lo que queremos hacer con nuestra vida y de lo que queremos ser. Pero me atormenta pensar que haya personas que no tienen todas las herramientas que deberían para elegir dignamente.

No dejo de admirarme de personas que no utilizaran su pasado como medio para lucrar o aprovecharse, personas que no hacen de su historia una excusa para realizar crímenes y demás, personas que han elaborado su dolor y han seguido adelante sin mirar a los costados.

Es triste tener un pasado fuerte; es triste haber sufrido situaciones que no son propias de los primeros años de vida. Pero, a pesar de esto, creo firmemente que el dolor, procesado por la razón, puede ser transformado en garras y fuerzas para correr hacia la meta.
Creo que la moraleja es: nunca permitas que las experiencias de tu pasado marquen para mal el hoy y arruinen tu futuro. Toda situación puede y debe ser utilizada para construirnos más que para destruirnos.

domingo, 2 de enero de 2011

VÍCTIMA O VICTIMARIO

Es un requisito básico para la maduración el vivir situaciones malas, arrostrar fracasos y salir a delante aprendiendo del error. El hecho de superar estos eventos nos van conduciendo hacia el éxito; pero si hay algo que atenta con todo el aprendizaje y beneficio que el errar implica es el papel de víctima.
No me identifico en absoluto con la gente que no se hace cargo de sus errores. No abalo ni confío en aquellos que reparten culpas y no asumen su responsabilidad.
La postura que defiendo es la de ponerse en victimario (como sinónimo de culpable o responsable) aún cuando no lo somos ya que es la única forma en que el error nos edifique. Hacernos cargo de nuestros errores es la mejor forma de entender y hacer honor a nuestro orgullo. Identificar, reconocer y reflexionar en nuestras equivocaciones (tanto por acción como por omisión) nos preparan para el día de mañana.
Creo profundamente en la autogestión y en que para alcanzar su excelencia no debemos privarnos del privilegio de la no victimización.