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No soy el unico loco:

jueves, 18 de mayo de 2023

FRAGMENTO DE MI PROYECTO DE SEGUNDA JEFATURA DE RESIDENTES

AGOSTO/22


Están siendo años difíciles. El ciclo pasado fue de trabajo arduo junto a 4 jefes de residentes, con quienes reconstruimos una estructura sólida tanto académica como de contención para los residentes.

Toda estructura necesita de inversión para su mantención. Si uno no invierte “el barco se hunde”. Para que una residencia funcione se necesita de personas que inviertan años de su vida en ese proyecto. Lamentablemente lo que escasea es el deseo de compromiso y profesionales altruistas. El hedonismo predominante nubla la virtud del esfuerzo, del “hacer carrera”, del sacrificio y su consiguiente sentimiento de realización personal. Pareciera que los profesionales solo se centran en lo negativo y eso inevitablemente decolora la belleza de la profesión y también de la vida hospitalario. Tristemente todo aquello que no causa bienestar instantáneo es menospreciado. Con mucha preocupación veo que la salud argentina está en crisis.

El conflicto de base es moral. Una audaz minoría intenta sostener y elevar los estándares. Pero incluso ellos se cansan. La corrupción que contamina nuestro país también contamina nuestra profesión.

Cada vez menos médicos eligen las residencias médicas, y sobre todo las residencias clínicas, como sistema para continuar su formación. Cada vez menos pediatras eligen el sistema público para servir y hacer carrera. La sociedad médica actual mayoritariamente busca el beneficio personal con el menor sacrificio posible sin dejarse afectar por variables nobles como lo son: el bienestar del prójimo, la formación académica, la calidad de atención. Nunca se nos inculca el sentido de gratitud para con el país. Gratitud por la formación recibida, gratitud por el ser útil hacia un otro. Tenemos derecho a la educación, pero no la obligación de retribuir con servicio. A la vista están los resultados.

 

Luego de un año de gestión he perdido gran parte del optimismo con el cual comencé el mismo. Inicié creyendo que con compromiso individual y con estrategias creativas el sistema podría cambiar y mejorar. Ahora entiendo que el sistema no depende de una sola persona. Uno puede cambiar su mundo individual, en el mejor de los casos puede mejorar desde lo micro el campo laboral que está por debajo de su propia jerarquía; pero nunca el sistema entero.

 

Toda la vida fui un luchador y un gran resiliente. Me considero un defensor de la libertad individual con todo lo que implica y siento como enemigo personal el concepto de “mayoría”, el pensamiento de masa y el moverse en grupo. Soy un fiel defensor del individualismo. Pese a esto decidí aventurarme primero a la realización de una residencia médica y luego en el proyecto del año de jefatura. No me sorprendió volver a reafirmar mis principios basales. Paradójicamente tampoco me sorprende mi deseo de renovar mi compromiso con este proyecto aún más ambicioso. Entiendo que un año de gestión no fue suficiente y que los cambios se hacen posibles únicamente cuando uno se involucra en la gestión, no en las charlas de café con panel de opinólogos.

Este compromiso que siento implica cuidar todo aquello que mi jefatura primera construyó. Uno elige la profesión médica porque entiende que significa cuidar y acompañar. No elige la profesión porque desea dinero y fama o por necesidad de poder. En esta oportunidad mi deseo es cuidar lo construido y acompañar a los residentes un año más. Ante la gran necesidad de médicos pediatras que asuman la jefatura, me postulo como candidato. Sabiendo que esto implica posponer un año más el inicio de mi vida profesional fuera de la residencia. Sabiendo que un solo jefe no puede más que paliar el deterioro.

Me considero parte de la resistencia moral y ética de nuestra profesión. Aquella resistencia que pretende la utopía, que trabaja por subir los estándares y “cuidar lo propio”. Soy realista también. Un trabajo de semejante envergadura, ser jefe de 50 médicos residentes es trabajo de 5 personas. Asumir el compromiso siendo uno solo será muy difícil. Tengo claros mis objetivos y mi límite, mi salud mental.

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