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No soy el unico loco:

domingo, 26 de abril de 2015

MEDICINAS ALTERNATIVAS

Disiento con el pensamiento religioso arcaico sobre el descreimiento de las medicinas alternativas y desde un principio aclaro lo siguiente: la única verdad que respeto es la ciencia basada en el estudio del diseño divino. Por eso creo que el mucho estudio y la mentalidad científica inevitablemente te llevan a Dios, de lo contrario; si la obra no te lleva al autor, el observador está observando mal o sesgadamente. Y también eso me avala a decirle a todos aquellos religiosos que le tienen miedo a la ciencia, al conocimiento o a los descubrimientos (porque temen que los aleje de Dios) que lo único que hace cualquier nuevo conocimiento o descubrimiento es hablarnos del creador; Dios es el creador de la ciencia.
Popularmente, se aceptan ciegamente los artilugios de la medicina hegemónica y se descree de las medicinas alternativas (que no son sinónimo de medicinas populares o curanderos). Muchas iglesias se hacen eco de la falacia conceptual del “está científicamente comprobado” cuando en realidad, a lo largo de la historia, la ciencia se ha refutado una y mil veces a sí misma y es un conocimiento en constante auto refutación y re construcción.
Hay que diferenciar entonces, dentro de la ciencia dos dimensiones: la dimensión del conocimiento producto del estudio de la anatomía y fisiología humana (que es lo que yo nomino como “ciencia basada en el diseño divino”); y la dimensión paradigmática de la ciencia que cada tanto acostumbra a cambiar porque es evidente su inutilidad y error; como ejemplo de esto último puedo citar el paradigma antiguo de la enfermedad como un desequilibrio de humores, hoy estamos en el paradigma microbiológico y así seguirá modificándose a lo largo de los años. Esta última dimensión de la ciencia no es ciencia de Dios, sino una ciencia cuasi filosófica creada por el hombre en su intento de entender y modificar la realidad del humano.
Partiendo de estas definiciones básicas construyo este posteo. Si bien la filosofía moderna de la “Nueva Era” ha casi monopolizado la palabra “energía”, me atrevo a decir que ese concepto en el universo no es ninguna novedad. El ser humano y todo ser y toda materia se construye basalmente de energía. Un átomo en su constitución es más energía que materia, incluso la materia no viva es más energía que materia. Las partículas subatómicas están en constante movimiento, no existe nada estático o quieto. Somos movimiento, vibración, energía, trasmisión, influencia o como sea que quieran llamarlo. En este caso la nominación no afecta a la realidad, la nominación tiene que ver con la lingüística, y la realidad es independiente de las opiniones. La energía es parte del diseño divino del universo, no un invento reciente de la Nueva Era.
También es cierto que muchas medicinas alternativas no son reconocidas por la medicina hegemónica por un simple trámite burocrático que depende de mentalidades cerradas e intereses más económicos que sanitarios.
Por otro lado, con respecto a las filosofías de trasfondo de las medicinas alternativas; me parece que no hace falta involucrarse en un 100% para poder disfrutar de algún beneficio. Es decir, no necesito estudiar medicina para entender y saber todo para luego poder ir a la guardia porque me agarró un dolor en el tobillo; tampoco necesito convertirme en un técnico o ingeniero de tecnología para poder comprar y utilizar un Smartphone. Si así fuese, entonces todos los religiosos que tienen problema con las filosofías de fondo tendrían que, al ir a un médico de medicina hegemónica, primero preguntar si es evolucionista o es creacionista, para poder decidir si quiere o no atenderse con ese profesional científico.
Por último, a modo de “perlita”, desmiento las más primitivas falacias religiosas: ir a un médico (practique el tipo de medicina que practique) no es una falta de fe en Dios, tampoco es que aplicando los 8 remedios naturales a tu vida estaríamos exentos de todo. Por ejemplo, yo tengo migrañas cada tanto, e independientemente de que haga ejercicio, tome agua, tome sol, etc., nunca me dejaron de aparecer esas migrañas, tal vez sí se han espaciado más en el tiempo, pero no han desaparecido. Si algún religioso sufre un accidente no sería una falta de fe que vaya al servicio de emergencias en vez de juntar las pocas fuerzas que le quedan para arrodillarse a pedirle a Dios por su sanación.
Dios es el creador de todo, y el estudio de todo (cuerpo humano, astros, animales, plantas, mares, etc.) es ciencia, entonces Dios es el creador de la ciencia. El hombre científico, a lo largo de toda su vida, no hace más que transitar el más colorido, diverso y exquisito camino: el infinito camino del diseño de Dios. Y eso es lo único que creo; la única verdad que respeto es la ciencia basada en el estudio del diseño divino.

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