Un espíritu libre es aquel que vive según sus criterios, conceptos
y definiciones, sus abstracciones mentales, sus formas y dinámicas de
procesamiento, su análisis estético y filosófico, sus ritmos de movimiento
natural. El espíritu libre recrea el mundo y vive en consecuencia sin
importarle o sentirse intimidado por toda la estructura histórica popular y las
reglas ortodoxas de la sociedad que lo rodea.
Ser libre es fluir en las propias definiciones. La
libertad absoluta es creadora y recreadora de todo, es creativa y
totalmente heterodoxa, no por la adolescente rebeldía del oponerse sin razón, sino
por el respeto absoluto al ser.
Un espíritu realmente libre fluye según lo descripto, pero tiene una identidad a la que es fiel: la dirección que su Creador le marca con el objeto de reencausarlo en su propósito original como ser.
ResponderEliminarMuy de acuerdo. Sin identidad no se puede fluir, sólo divagar.
ResponderEliminar