En todas las revistas del 2013, hasta la
fecha, hemos estamos publicando dos secciones, siempre juntas, “LA CIENCIA
DIJO” y “MIRÁ QUIÉN HABLA”. Tal vez, por un error propio de expresión, se ha
prestado a malas interpretaciones. Por eso, queremos aclarar el trasfondo.
VOS Y VOTO este año, como aclaramos en
el editorial de la primera revista, quiere poner en boga el concepto de que la
mayoría no tiene razón y que muchas cosas aceptadas como válidas y verdaderas
no son verdades absolutas. En la época de Florence Nightingale lo válido y
verdadero era que una mujer se case, tenga hijos y se dedique a ser ama de
casa. Pero eso no es la verdad absoluta, ella luchó y fue una pionera en lo que
a la liberación femenina respecta. Y así podríamos citar cada una de las
historias de los célebres seres humanos que fueron y serán tapa de nuestra
revista.
Toda la revista, cada artículo, cada
nota, cada frase apunta al mismo mensaje: “la mayoría NO siempre tiene razón”.
Si en algún momento se leyeron estas
secciones anteriormente citadas como una falta de respeto al ateísmo, pedimos
disculpas y aclaramos las intenciones.
La idea de fondo es el tratar de
erradicar a “la ciencia” como sinónimo de “verdad absoluta”. Si lo miramos de
este lado ya no será una blasfemia herética el decir que la ciencia se
equivoca. Porque de hecho la ciencia es el ente que más errores ha cometido
jamás en la historia.
Entonces, no elevemos a la ciencia hasta
el podio de la verdad absoluta, ya que son dos cosas completamente distintas.
Una depende de seres humanos, de paradigmas de turno y corrientes de
pensamientos y metodologías... la otra no depende de nadie; simplemente es. Y
obviamente no estamos hablando de cuestiones en que “la verdad es relativa”.
Hay dos riñones, punto. No hay lugar para la relativización en ese tipo de
asuntos.
El cuatrimestre pasado, en una clase de
5º año de Medicina, un profesor nos dijo: “¿Saben cada cuánto se renuevan los
conocimientos en Medicina?... Cada 4-5 años. Cuando ustedes se reciban ya la
Medicina será otra a la que aprendieron mientras fueron estudiantes”.
Es decir, es bueno saber lo que dice la
ciencia, pero tampoco nos cerremos a que es la verdad y lo único que importa y
debe ser escuchado porque en realidad no lo es. La ciencia nunca para de
refutarse a sí misma y así, cada día es mejor. Hoy es mejor que hace 100 años,
pero dentro de 100 años la ciencia de hoy será vista como casi medieval. Por
eso, enaltecerla hasta el nivel de la verdad absoluta sería tener a la ciencia
como religión, y ahí estaríamos usando la fe, no la razón.
Con respecto al tema de la creencia en
un ser superior, personalmente, como editor, me pareció paradójico que tantos
“padres de la ciencia” hayan conservado intacta su fe, al punto de llegar a
decir frases como las que publicamos mensualmente, y hoy, las ramas más
mediáticas de la ciencia desacrediten abiertamente la existencia por una teoría
(léase teoría como una hipótesis, una de las muchas hipótesis que hay) que
tiene algunos fundamentos científicos pero no los suficientes para despojarla
del título de teoría. Por otro lado, otras teorías también tienen fundamento
científico... y no son de las que estudiamos.
Y si creés que esos pioneros de las hoy
conocidas y renombradas disciplinas creían en Dios porque dentro del “paradigma
de la época” era lo común y algo que nadie se cuestionaba; me parece que hay un
error. Sería casi sacrilegioso evaluar mentes heterodoxas con criterios
ortodoxos (evaluar seres humanos fuera de serie con estándares comunes y
corrientes). Me parecería sospechoso que alguien con la divina locura de
Einstein, que fue el que teorizó e hizo lógicamente posible los viajes en el
tiempo (sí, los viajes en el tiempo), alguien con la mente tan heterodoxa que
empezó a estudiar algo, hasta incluso hoy considerado por muchos, propio de
fabulas y cuentos de hadas, diga: “como todos creen en Dios yo también, es lo
común y está de moda así que creo en Dios”.
Uniendo un poco estas ideas: ¿Cuánto
debo fiarme de lo que dice la ciencia hoy si en 4 años (si no querés pensarlo
tan extremistamente, ponele 10 años) va a decir otra cosa?
Y a eso apunta la frase del remate. “El
lado de la ciencia” “La opinión de la ciencia”... la ciencia cambia de lado
todo el tiempo; la ciencia cambia de opinión todo el tiempo.
Obviamente que la ciencia hoy tiene
modos de accionar amparados por la justicia de hoy, avalados por el
conocimiento de hoy y todo dentro del marco de un paradigma que rige. No
mezclemos situaciones ni descontextualicemos.
Y aquí sería oportuno aclarar también
las maneras que tenemos de comunicar y expresar. Ya sabemos que es muy chocante
la frase del remate (”Y todavía hay gente que cree estar del lado de la ciencia
cuando dice que Dios no existe”) pero esa es la forma que tenemos de llamar la
atención. Si pusiéramos un cartel común y corriente en una de las tantas
paredes comunes y corrientes de la facultad se perdería entre tantos que hay y
ni se vería. Pero si lo ponemos de una forma que choque, que rompa con los
esquemas aunque sea un cartel entre las decenas que hay por todos lados, va a
ser visto por todos; por eso pusimos un cartel “tirado en el piso”. Y así, a
cada página de la revista tratamos de hacerle algo raro, para que llame la
atención, para que te choque con el esquema mental que tenés adentro de la
cabeza. Y por eso un día aparece un hoja quemada, una hoja dado vuelta, otro
día tenés que leer la revista al revés y otra al tras luz. La verdad es que si
no te “choca” no te entra el mensaje y ni te motiva a pensar un solo segundo.
Pero el hecho de que tengas que moverte para dar vuelta la revista y así leer
esa página, toda esa actividad, te predispone a prestar una atención especial.
Esa es más o menos la idea de la frase del remate. La intención es que te
choque y así generes argumentos.
Cerramos diciendo lo que ya va a formar
parte de la lista de nuestras frases cliché: “el objetivo no es que se piense
como los artículos publicados sino que se piense”.
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