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No soy el unico loco:

jueves, 22 de abril de 2010

CRITERIO DE EVALUACIÓN

Sistema de discriminación mediante el cual se desglosa la información que al ponerlo en práctica y desarrollarlo permite adopción de cosas nuevas sin correr el riesgo de perder la identidad propia.



¿Qué ocurre cuando sólo soy un receptor y hacedor de la información que recibo sin evaluarla ni transformarla? ¿Dónde está el límite entre lo que yo soy y lo que soy como producto de la imitación social? ¿Cómo puedo ser yo sin dejar de serlo pese al cambio constante? ¿Cómo puedo no ser el resultado de lo que los directores sociales elijen para mí?

Hoy todo atenta con la estandarización y producción en serie ¿Cómo puedo ser yo mismo pese a no tener más que elegir lo que ya está pensado, realizado, producido y listo para comprarse en los supermercados, las tiendas de ropa, etc.?

La industrialización y la excesiva diversidad de productos en el mercado si bien nos han dado muchos beneficios, también han fomentado la desaparición de diferencias importantes y surgimiento de las superficiales.

Si el cambio constante que tanto me gusta siempre es propuesto por estos gigantes… ¿Puedo dejar de elegirlos? ¿Quién más propone un cambio alternativo de tal magnitud?

Creo que la única arma que tenemos a nuestro alcance es nuestro criterio para evaluar lo que es inevitable que entre a nuestra cabeza. Deberíamos hacer uno de este a diario. Mientras mayor uso mayor será el número de herramientas críticas que tendremos y mayor madurez nos adjudicará al recibir nuevas tendencias.

La clave está en pensar, evaluar y criticar todo lo nuevo y terminar este proceso habiendo adoptado algo bueno (según nuestra evaluación). De esta manera ligo el cambio constante con mi individualidad.

Ahora bien, ¿De qué se compone mi sistema de evaluación? Para responder esto voy a comprarlo con el cuerpo humano. Creo que debe tener un esqueleto formado de reglas y premisas neutras sometidas a previo análisis (neutralidad y racionalidad); todo esto articulado entre sí permitirá el soporte teórico del criterio. Los músculos y vísceras serían el altruismo y el respeto hacia los demás, lo cual me permitirá evaluar con conciencia y saber respetar al otro por posibles discrepancias; me permitirá no albergar malos sentimientos para con los demás y sobretodo me ayudará a aceptar lo diferente. La capa exterior de este cuerpo crítico (la piel) sería la capacidad de ver, entender, interactuar y posteriormente acomodarme al medio. Las reglas y premisas siempre serán las mismas, la combinación de ellas daría como resultando el fundamento para determinada postura. Los músculos permiten la correcta articulación de reglas y esquemas para lograr correctos, individuales y pacíficos juicios; y la capa de realismo interactúa mediante acciones concretas actualizadas.

Este es el sistema de evaluación, un organismo compuesto por estructuras rígidas, flexibles y fluctuantes.

El problema viene cuando nuestro esqueleto no está formado con reglas y premisas válidas. En este caso miraríamos como nuevos “no” a las nuevas tendencias en vez de mirarlas como nuevas posibilidades, miraríamos el exterior de las personas y eso no nos permitiría conocerlas profundamente. Mirar desde el resentimiento, rencor, prejuicios, etc. es como un cáncer que nos va consumiendo lenta y dolorosamente.

El problema puede localizarse en cualquier parte del cuerpo. Por eso creo que no debería haber lugar para todo lo sujeto a condicionamientos exteriores. Ni siquiera en la piel ya que debe ser lo suficientemente rápida y ágil para detectar el cambio del medio y acomodarse de modo tal que lo internalice pero no que se acostumbre permitiéndole detectar un nuevo cambio.

jueves, 15 de abril de 2010

ESTRUCTURAS MENTALES

Creadas en nosotros desde el nacimiento son informaciones inconscientes que adquirimos al interactuar en un medio. El problema viene cuando estas estructuras no son “sanas” y nos imposibilitan el correcto desenvolvimiento o cuando no son flexibles para ir modificándose frente a los cambios de la sociedad.




El patrón de nuestro accionar diario está determinado por las estructuras mentales. Si estas son estructuras enfermas nos convierten en esclavos y víctimas de nuestro propio pasado y así, nuestro presente y futuro quedan marcados por la falta de flexibilidad, improvisación e imprevisibilidad.

¿Cómo puedo dominar esas estructuras para que ellas no me dominen a mí? ¿Cómo puedo hacer que estas adquieran flexibilidad para que estén siempre vigentes? ¿Cómo puedo eliminar y recrear estructuras que provocan en mí: trabas, traumas, complejos y demás?

Las estructuras son creadas en base a experiencias de vida; como la teoría inconsciente de ellas. Lo dañino es cuando el mundo y las experiencias cambian sin que lo hagan nuestras estructuras.

Si bien las estructuras le dan a cada uno sus cualidades personales y únicas no puedo dejar que el “yo” de hoy sea el mismo que el “yo” de mañana. Cada día hay una versión mejorada de mí que espera por ser descubierta.

Deberíamos tratar de conocernos y ver qué pasa en las situaciones que no haríamos por miedo al qué dirán o al fracaso. Definitivamente no hay escusas para no cambiar, ser diferente de ayer todos los días o dejar de conocerse y probarse en lo distinto al pasado.

¿Qué harías si no tuvieses miedo ni escusas?

Al quedarnos con las estructuras viejas y no tener la capacidad de amoldarlas (flexibilidad) o reinventarlas (creatividad) vamos paulatinamente pasando de vivir la realidad del hoy a vivir la realidad del ayer (situación que nos abstiene de pertenecer a la actualidad).

Cuando se tienen estructuras defectuosas lo primero que hay que hacer es aceptarlo e ir trabajando las estructuras madres del asunto.

Más allá de nuestra individualidad, las estructuras mentales derivan de experiencias (buenas o malas) las cuales dependen enteramente del entorno social. Esto establece un fuerte vínculo con los psiquismos de las personas que nos rodean y es importante tenerlo en cuenta a la hora de trabajar una estructura defectuosa.

Flexibilizar estructuras es una tarea difícil pero no imposible.

Como conclusión quiero dejar los siguientes consejos: inspírate en la grandeza y dándote categoría crea con originalidad nuevas estructuras. Vive en el hoy y no en el pasado. Entiende las razones de los esquemas y no su materialización (las conductas) y luego crea con expectativas y ambición. Sométete al autodescubrimiento extremo que te conducirá a no menos que la felicidad plena.

miércoles, 14 de abril de 2010

TEMPLO EMOCIONAL

La educación intelectual provoca la estructuración del pensamiento y hace acumulable, manejable y práctico el saber que vamos recibiendo. El saber es la materialización de lo empírico, y el ver una misma situación de dos maneras distintas (lo práctico y lo teórico) permite la globalización del saber teniendo en cuenta las diferentes variables que entran en juego en distintas situaciones y lugares. Definitivamente el empirismo y la teoría son dos valiosas herramientas que atentan con no menos que el éxito.

¿Si puedo ser exitoso intelectualmente puedo serlo emocionalmente?

En algo tan inestable y poco racional como lo son los sentimientos quién dice lo que es maduro e inmaduro. Cómo se puede fragmentar el camino a la madurez emocional en pasos a seguir o saberes a internalizar.

Nuestra primera naturaleza (cuando bebes) nos lleva al egocentrismo en el cual todo gira en torno a nosotros. Al crecer vamos aprendiendo a relacionarnos con los demás y así vamos construyendo nuestra realidad social. Maduramos al entender conscientemente o no cómo podemos pertenecer al entorno que elegimos y entablar vínculos agradables con el resto.

Lo emocional está íntimamente relacionado con la esfera social y, a mí entender, comprende una serie de pilares (aceptación personal, incondicionalidad de sentimientos y la capacidad de ver la realidad tal cual es).

La aceptación personal empieza con el autodescubrimiento (que nunca termina) y conduce a sentir pertenencia propia (propio criterio, pensamiento, personalidad, etc).

El descubrirse a sí mismo como un individuo único, diferente y especial debería poder independizar el auto concepto y definición de cualquier factor externo (institución, persona, familia, lugar, puesto, posición, etc). El saber quién soy yo (concepción abstracta de mí; mientras más abstracta mayor será la exactitud) y cuál es mi propósito (concepción tangible de mi mismo) me dan seguridad y confianza en mí mismo y sobretodo independencia a la hora de preocuparme por el tiempo, lugar o circunstancia.

La estabilidad de sentimientos se funda en la inversión inteligente de sentimientos y elimina los ataques sentimentales enfermizos, los apuros y obsesiones. Es saber lo que uno busca en cuanto a relaciones interpersonales; es elegir querer y elegir sentir a pesar de cualquier adversidad.

Esto normalmente se logra luego de nuestra primera decepción amorosa. Luego de haber vivido la irrealidad del amor obsesivo nuestro sentimentalismo evoluciona a sentimientos más pensados y quita mucho del daño que provocan las relaciones interpersonales.

Ver la realidad tal cual es sin nada que la nuble o tiña es ser un espectador lo más objetivo y crítico posible (el pensamiento crítico marcará el propio punto de vista). También incluye el verse a uno mismo con realismo, aceptar los propios problemas y aprender a solucionarlos o a convivir con ellos.

Todos estos pilares hacen el soporte de una fuerza final que es el sentido de la pertenencia. Entonces los pilares podrían llamarse: pertenecerse a uno mismo, pertenecer a un lugar y a un grupo. El sentir articulado de ellos logra estabilizarnos.

Lamentablemente la pertenencia a lo largo del tiempo ha sido degradado por el consumismo social a no más que etiquetar, tener y cumplir con estereotipos; lo que atenta con lo más especial del asunto: la ideación de una abstracción personal q puede o no coincidir con las etiquetas de turno.

Más allá del cambio exterior, nuestra esencia siempre es la misma. Ese concepto es el que la sociedad trata de entender, estandarizar, etiquetar y comercializar.

¿No te has dado cuenta que cuando sabemos cuál es el truco se pierde toda la magia? No dejes que etiqueten esa magia que te hace especial, no trates de hacer efímero y exterior algo que es tan profundo e innato.

Tal vez la globalización se inclina por fomentar un sentido de pertenencia nómade, en el cual somos de todos lados, pero al mismo tiempo no somos de ninguno. Las noticias, mi lugar físico, mi cabeza, mis ganas, mi historia, mi presente y mis sueños todos están en lugares distintos ¿Cómo pertenecer a un solo lugar cuando se pertenece a tantos? ¿Cómo darle calidad a mi pertenencia si nunca voy a dejar de pensarme en varios lugares a la vez? ¿Cómo puede ser que pertenezca a lugares que siquiera conozco?

Pertenecer a un grupo hace a nuestra órbita social y alude a la identificación con nuestros pares. Esto nos contiene y nos hace sentir cómodos en nuestro medio social.

Finalmente, la inteligencia emocional es como un templo con tres pilares que juntos nos dan la estabilidad garantizada por la pertenencia. Esta nos comprende individualmente como un todo y nos permite ser los directores sociales y emocionales de nuestro propio ser.