.

.

No soy el unico loco:

lunes, 2 de diciembre de 2013

ESCLAVOS PROFESIONALES

Antes estaban los esclavos, gente que era privada de su libertad y sin importar lo que ellos querían o sentían eran obligados a hacer la voluntad de sus amos.
Hoy, las cosas no son tan diferentes. En vez de esclavos hay gente cuya cabeza ha sido lavada y adiestrada para que piensen según los criterios estándares de sistemas humanos y para tener fe en la ciencia convirtiéndola en una secta religiosa con métodos de utilería. La secta de los profesionales, los esclavos mentales. En la misma es algo infantil creer en Dios, pero no así tener fe en la ciencia, sin importar ahondar mucho en sus explicaciones ni sustentos razonables que por supuesto son obvios y ampliamente reconocidos por todos los organismos de relleno, patéticos desde su concepción, que no son más que genéricos del sistema madre.
¡Cuánta inocencia! Piensan que todos esos organismos de renombre fueron creados y son dirigidos por gente de cabeza abierta, eruditos hasta lo absurdo y que tienen las mejores intenciones para la humanidad. Por eso cada vez más gente accede a la educación y de suma calidad, el sistema produce gente con la mente más abierta, y no nazis que clasifican a la humanidad según su capacidad mental ni tampoco gente que disfruta pisando cabezas y llevando a los demás por delante cada vez que puede con el fin de “subir”.
Se llenan la boca hablando con palabras académicas pero obvian el detalle del diseño inteligente del cuerpo humano, el diseño estético de una flor y el diseño sustentable del medio ambiente. Por supuesto, la casualidad es la mejor diseñadora del país de nunca jamás.
Lo más paradójico de esta secta es que tienen un imaginario mental tan mágico-religioso que hacen que cualquier persona con dos dedos de frente no pueda tolerar su incoherencia ni tara asociativa. Es decir, reconocen que Einstein era un grande, pero no reconocen que Einstein nunca fue aplaudido durante su paso por el sistema y era calificado como un mediocre. Y esta es la variable constante de todos los genios; todos los genios que ellos mismos reconocen pero que estos esclavos profesionales, eruditos con distorsión de la realidad, no ven. El sistema es el menos calificado para reconocer genios y mucho menos para producirlos. Por ejemplo, desde el nacimiento del sistema sanitario la gente vive más pero peor y cada vez sufre más. Desde el nacimiento de los sistemas políticos la gente cada vez tiene menos y los monopolios cada vez más. Y así la lista podía seguir.
No entiendo cómo es que estos eruditos se dejen lavar el cerebro, y peor aún, degraden su creatividad y dignidad hasta la sumisión sucia y ordinaria de evaluar y pensar con los criterios que el sistema les inculcó.
Y lo cómico es que luego salen a hablar diciendo, yo tengo más capacidad intelectual porque tengo tal promedio, o tal título, o hice un doctorado en plastilina radiactiva de color azul. A ver, una pregunta a todos los capaces intelectuales que están en la cúspide del saber absoluto: ¿Alguno me puede dar el nombre de un sólo alumno 10 que haya cambiado el mundo? Mejor exagero un poco menos ¿Alguno me puede dar el nombre de un sólo alumno 10 que también sea un 10 fuera del sistema? Si es que los hay los aplaudo.

No nos engañemos, el verdadero reto que impone el sistema a sus víctimas, es el que ellos aprendan a discernir entre los conocimientos de la secta y los conocimientos de la realidad, el sobrevivir humano a su proceso de deshumanización y el circular la mente a pesar de su proceso de pixelación mental.

No hay comentarios:

Publicar un comentario