Es
inútil discutir con personas de mente cerrada y llenas de odio.
Especialmente
con el tema de la política, me pasa que cuando charlo con gente de ideología socialista
piensan que soy de derecha, y cuando charlo con gente de derecha creen que soy zurdo.
A ver…
ningún modelo en el mundo ha demostrado ser perfecto. Cuba con todos sus “defectos”
no deja de sorprendernos en aspectos como la medicina y salud pública; y el
sistema capitalista con todas sus “luces” no deja de aterrarnos por ser una
fábrica de pobres y de monopolios. Todos tienen defectos y todos tienen virtudes;
y los defectos no borran los aciertos ni viceversa.
El aplaudir
una acción de un presidente, mandato o modelo, no me convierte en seguidor de
ese movimiento, como a su vez, criticar una acción determinada de un político
no me convierte en enemigo u opositor. ¡Es muy infantil pensar tan linealmente!
Hay que aprender
que alguien que no me simpatiza puede hacer cosas bien y puede enseñarme mucho,
como también alguien con quien sí simpatizo, puede equivocarse y hacer algo
mal.
Parece
ser que para la gran mayoría esto es algo muy difícil de entender. Entonces
cuando decís una frase como “este gobierno ha hecho algunas cosas bien pese a
todo lo que digas”, se sienten amenazados y entran a sacudirte con todo el odio
y resentimiento, todos los argumentos que nos cansamos de escuchar por televisión
o leer en los diarios.
-Tenés
razón… seguí pensando así que mientras vos cada vez más cerrás tu mente, más
dejás lugar para que yo abra la mía.